Sunday, August 30, 2020

Sonatación de la vista

Estoy a la altura de las aves que aletean en la copa de los árboles
Alzan vuelo sobre el traslúcido cielo
El día es bello
Los perros ladran en distintas voces
Algunos carros pasan
Se oyen sus motores
Sus llantas en la pista, la velocidad en la paz
Un pito de algún policía mientras veo la zambullida de un colibrí

Pasa una moto
Se oye su ligereza y su bulla tronante pasando sin el enmudecimiento de un capot
Mi padre abajo, cocinando
Cortesía de domingo

La luz que entra a mi cuarto es azulada, como mi pijama
Mas mi cuarto es lila
y quieto
Como mi gata que suma un mediano maullido
al concierto leve de mi ventana abierta
Su queja aislada en la cocina
De estos sonidos recogidos
Por mi oído derecho

Que se cierra con sonataciones y un canto de garganta ondulante que solo un ave puede dar.

Friday, August 7, 2020

Zapato Viejo

Hace poco fui a un lugar donde vi algo que no veía hace mucho tiempo
Un zapato de suela desgastada
Me hizo sonreír
Recordé que era un símbolo de mi infancia
Recordé en un instante las zapatillas de mi hermano, unas blancas que cuidaba mucho
escuchar alguien decir que se le levantaba la suela
ver cómo se pega una suela
descubrir las carcajadas que trae una media con hueco. jamás habiendo imaginado que así se veían los dedos destapados. Me preguntaba cómo se lograban, ¿un golpe muy fuerte? ¿un clavo penetrante? Ya que a mis 4 años aún no había tenido el tiempo para agujerear las mias antes de seguir creciendo.
En mi infancia eran tan normal las suelas gastados o el zapato viejo, que en algún momento posiblemente mis propios zapatos estarían desgastados y pasarían desapercibidos por mi consciencia ya que lo que hacia con ellos puestos siempre fue lo más memorable.
Visualicé que en la biblioteca de mis memorias visuales tenia más suelas, unas oscuras pero con lineas horizontales delgaditas que por la zona ancha desaparecían por el uso, otras que les cuelga algún sucio, pelusa, pelo o algodón, o en el colegio algún zapato con papel higiénico pegado. Pero sale de mi preciada infancia.
Tal vez sería mi cercanía al piso a los 3 ó 4 años, o mi ojo por el detalle cuando el aburrimiento me hacia echarme al piso, viendo nuevas perspectivas, mientras mi madre molesta me decía ´´¡levantate del piso, esta frio!´´.
Preferia cuando me decía para ir al zapatero de la vuelta. ¡El zapatero! ¡Esa profesión debe haber desaparecido! Al menos eso pienso, en este mundo moderno. Era hermoso para mí. El olor, el craft, la dedicación, tal vez es de las pocas profesiones que hace mil cosas sin moverse de una silla en algo tan tangible, renovando su vida util de 0 a ¿quién puede saber?
No tomé consciencia en qué momento esas suelas usadas desaparecieron de mi vida, pero gracias al tiempo, al uso, al portador y mi pequeñez.
Hay baúles en la mente.