Somos tontos al compararnos a un ave fénix que renace de sus cenizas.
Somos humanos renacientes. En cada momento estamos renaciendo en nuestras experiencias, creencias, ideas, del sufrimiento y la alegría.
La en vida las cosas se nos presentan como un engaño confundiéndonos.
El amor se nos presenta como un abrupto sentimiento donde nos dan ganas de entregarlo todo. Hablamos de frenar, pero calibrar el corazón es difícil. Se necesita la razón, y solo el tiempo y vivir nos facilitan aquel freno.
Cuando se el momento, sabremos que
El amor es paz.
El dolor no es eterno.
La alegria es fácil.
El cuerpo es solo la superficie.
Y lo que más amemos en la vida, hay que hacerlo con libertad.