De niña te das cuenta que hay miradas de adulto que llenan, que asustan o de indiferencia. 
Es increíble como los ojos muestran las máximas y mínimos del corazón, incluso la nada de la razón. 
De niña podía reconocer el
momento histérico en el que la profesora se aprendía mi nombre 
Normalmente de niña tenía la siguiente dicotomía :
Callada y analítica
O parlanchina y distraída
No comments:
Post a Comment